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No sólo existe nuestro silencio para disponernos a la escucha de la Palabra de Dios. A menudo, en nuestra oración, nos encontramos ante el silencio de Dios, experimentamos una especie de abandono, nos parece que Dios no escucha y no responde .
pero tú sabes mejor que muchos de nosotros que vivimos en el mundo, que tras ese silencio de Dios, si seguimos callados y a la escucha, al fin le logramos oir respirar... Un fuerte abrazo, linda
ResponderEliminarDios nos escucha, pero a veces lo que pedimos no es lo que nos conviene.
ResponderEliminarBesos
Creo que ante nuestros rezos Dios queda en silencio para escucharnos .Besicos
ResponderEliminarGostei de ler.
ResponderEliminarPrazer em conhecer seu blog.
janicce.