En el desierto la oración se simplifica mucho: descubres que orar es ser simplemente tú, ante Él. Porque nada ni nadie te condiciona, te limitarás a estar, en la transparencia de tu realidad ante Dios, al que buscas porque lo añoras, con un amor cada vez más fuerte. Y aprendes a vivir con un amor confiado, abandonado, en medio del desierto, y sumergido en el mar del Amor… consumido por su agua.
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor;
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor;
Hay que pasar por el desierto para poder alcanzar la auténtica Navidad.Besicos
ResponderEliminarEres un oasis de espiritualidad.
ResponderEliminarAbrazo grande!
Hay que buscar la soledad para orar y escuchar esa voz interior que te habla y el ruido impide escuchar.
ResponderEliminarBesos
Ser ante Aquel que nos ha dado el Ser...
ResponderEliminarLuz&Tiempo
Isaac