Así es, hermana, esta es la marca. Y tenemos que aprender cual es la verdadera humildad, porque muchas veces nos confundimos y pensamos que estamos siendo humildes, solo por el hecho de usar mucha palabrería. La oración es un combate; contra el tentador y contra nosotros mismos. Y seria bueno preguntarnos: ¿Desde dónde hablamos cuando oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde “lo más profundo” de un corazón humilde y contrito? (Sal 130, 1) Gracias hermana. Es muy bueno contar con un blog como el suyo, porque me ayuda en mi caminar. Dio le bendiga.
¡qué bonita idea! La marca de autenticidad. Es cierto, ciertísimo.
ResponderEliminarGracias querida amiga. Un abrazo en el Señor
Así es, hermana, esta es la marca. Y tenemos que aprender cual es la verdadera humildad, porque muchas veces nos confundimos y pensamos que estamos siendo humildes, solo por el hecho de usar mucha palabrería. La oración es un combate; contra el tentador y contra nosotros mismos. Y seria bueno preguntarnos: ¿Desde dónde hablamos cuando oramos? ¿Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde “lo más profundo” de un corazón humilde y contrito? (Sal 130, 1) Gracias hermana. Es muy bueno contar con un blog como el suyo, porque me ayuda en mi caminar. Dio le bendiga.
ResponderEliminarPensiero che condivido.
ResponderEliminarBuona domenica